24 de Sept.

Si supiera lo que viaja en tu cabeza,
Podría ser más fácil descifrarte.
Así no tendría que observarte, para adivinar
Lo que te pasa, y porque tus ojos tristes me miran
Preguntandose: "¿Qué haces ahí mirándome?"

Porque tus pupilas se agrandan,
Y estoy cerca, pero te ves tan lejos.
Poco hablas, poco expresas,
Yo pregunto demasiado y obtengo pocas respuestas.
No quisiera molestarte, creeme,
Pero a veces me harta el que seas
Como una barrera de concreto la cual no puedo saltar.
Sé que es muy pronto para cansarme de vos,
Pero tú no haces la ocupacion nada agradable,
Como si estoy dispuesta a aguantartelo todo.

Creeme que muestro tanta frialdad,
Y estoy haciendo escenitas de novelas romanticas,
En la cual la protagonista siempre se está muriendo
Por su gran amor, al cual solo le da miradas frías.

Creeme que te estoy hablando con mucho esfuerzo,
Para que no me acaricie una lagrima,
Y se quiebre mi voz -- que no te des cuenta,
Y sigo cruzando mis dedos.
Lo triste es que como romantica desesperada,
Y tonta deprimida espero que me preguntes que me pasa.
Equivocada estoy, pues haces todo lo contrario.

Quisiera escucharte, y te quedas callado,
Me preguntas si me he dormido que ya no te hablo.
Yo no puedo hablar sola, si no tengo quien responda.
Creeme, que me estoy muriendo por plantarte un beso,
Pero no me atrevo, no me animo, mas bien me desanimo
Con tu tan alentador deseo.

No he empezado a llorar, por falta de fuerzas.
Empieza a dolerme la cabeza,
Y estoy por llamarte en voz alta, pero temo a que me escuchen.
Ya me estoy hartando sobre él que no tengas tiempo,
Sobre el que yo tenga que buscarte,
Sobre el que tenga que sacarte las palabras;
Gran sacrificio el que tengo que hacer solo para amarte.
Si supiera lo que viaja en tu cabeza,
No me dignaría ni en preguntarte.
Que mal me tienes, que no me alcanzan las horas
Para pensarte; y que aún estando mal,
Quiera estrecharte.